Cómo nos afecta el desempleo
El trabajo, no solo nos aporta un nivel económico o salarial, sino que también podemos considerarlo como una fuente de bienestar y equilibrio psicológico y/o social. Siendo un factor importante en nuestra identidad personal, la identidad profesional.
Cuando una persona busca empleo por primera vez o ha trabajado durante años y repentinamente se encuentra en una situación de desempleo, puede llegar a experimentar una serie de repercusiones emocionales, psicológicas y sociales. Así lo afirma la Asociación Psicológica Americana (APA) “las personas desempleadas corren el doble del riesgo que las personas empleadas de sufrir problemas psicológicos tales como depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos, bajo bienestar psicológico y pobre autoestima”.
Desempleo en los jóvenes
En el caso de los jóvenes, el desempleo prolonga la dependencia de los padres y provoca un estado de agresividad y de rebelión que, poco a poco, puede derivar en otro de marginalidad. Los jóvenes viven el paro como un fracaso y esto puede abocarles a la depresión, reducir sus relaciones sociales, consumo de sustancias y aumentar su pasividad. Como respuesta se suelen recluir en casa para ver la televisión, jugar a videojuegos o escuchar música y experimentan vergüenza ante la familia y el entorno. Abrumados por sentimientos de apatía y resignación, pueden abandonar la búsqueda de trabajo ante los fracasos repetidos y acabar pensando que son ellos los verdaderos culpables de estar en el paro.
En el caso de los adultos pasan, en general, por varias fases ante un despido. Primero experimentan un shock, se sienten sorprendidos por la noticia, desorientados y tienen miedo. Después, creen estar de vacaciones , pues aún no han interiorizado que están desempleados, lo perciben como una situación temporal y, a menudo, se dedican a hacer arreglos en la vivienda durante un tiempo o a hacer aquellas cosas que nunca tuvieron tiempo de llevar a cabo. Pero llega un punto en el que tienen la necesidad de buscar trabajo y, ante los repetidos fracasos, se sienten ansiosos e irritables, una fase que puede durar varios meses y que puede derivar en distintos trastornos emocionales y psicofisiológicos (trastornos del sueño, de la alimentación, episodios depresivos y trastornos de ansiedad).
Desempleo: cómo afecta a la autoestima
En ambos casos, tanto en jóvenes como en adultos, la situación de desempleo produce una afectación de la autoestima, la persona se siente insegura de sí misma y se considera menos útil y valiosa viviendo la situación de desempleo como un fracaso personal y social. Por otra parte, en muchas ocasiones, aparece el fenómeno de indefensión aprendida, tras los sucesivos fracasos la persona ha “aprendido” a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y no respondiendo a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar la situación aversiva en la que se encuentra inmersa.
Psicóloga de Grupo DICTEA