Todas las parejas pasamos por periodos de crisis, unas antes, otras después, crisis profundas o superficiales, crisis breves o duraderas, es inevitable pasar por momentos de enfado, de bronca o de desconexión y tener la experiencia, a veces, desconcertante de que con cada crisis nuestros sentimientos de amor cambian. De la certeza de sentir amor por nuestra compañera o compañero de vida, podemos pasar a tener dudas del amor que llegan a atormentarnos. En nuestra cabeza rondan preguntas sin respuesta: “no siento lo mismo que antes, ¿será normal?, no te quiero tanto como al principio, cuando discutimos no “puedo ni verte”, no me gustas cuando no contestas a mis preguntas o lo haces con mala cara, ¿será que ya no te importo?”

En general, las parejas tenemos recursos para resolver nuestras diferencias y restaurar los sentimientos de amor dañados. Todo vuelve a la normalidad y seguimos nuestra vida juntos, tranquilos y seguros. No tenemos miedo a una nueva crisis, pues, como hemos superado la última, sentimos que podremos afrontar todas las que vengan y seguir adelante.

Pero si tras una discusión o conflicto sentimos que no logramos recuperar el equilibrio o, aunque lo hayamos hecho, no nos sentimos tranquilos ni seguros, sino temerosos ante la posibilidad de volver a encontrarnos otra vez en la misma espiral y sentimos que a la siguiente embestida la relación puede naufragar, que nuestro amor no aguantará otra bronca, otra mirada desafiante, otra semana sin hablar. NECESITAMOS LA AYUDA DE UN BUEN PROFESIONAL.

La Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) está respaldada por estudios experimentales que prueban su eficacia. En la terapia de pareja con TFE hemos encontrado la manera de sacar a la pareja de esta espiral de malos entendidos, ayudándonos a mejorar nuestra manera de comunicarnos y sobre todo a volver a sentir con claridad el amor que creíamos perdido. La relación vuelve a ser el lugar seguro donde queremos estar y nuestra convivencia se torna apacible y armoniosa. No se necesitan muchas semanas para que nuestra relación empiece a mejorar y las terapias pueden finalizar en 12 ó 15  sesiones si todo sigue un curso normal y no hay otros problemas más profundos que tratar.

 

Todos anhelamos encontrar el amor, deseamos hallar un compañero o compañera de vida con quien compartir nuestro día a día. Es posible amar y cuidar a alguien especial, que a su vez nos cuida y nos ama, mientras nos amamos y cuidamos a nosotros mismos. El objetivo de la terapia de pareja centrada en las emociones es encontrar el equilibrio entre nuestra autonomía personal y una dependencia saludable en nuestra relación de pareja, sin la menor duda, es la mejor posición desde la que podemos afrontar la vida en el resto de áreas con éxito y felicidad.

Si la relación dañada mejora se cura nuestro corazón, nuestros hijos e hijas crecen en un entorno alegre y tranquilo con padres seguros y confiados, afrontamos los problemas con calma y determinación y es más fácil que las decisiones que tomamos sean acertadas. Nuestra vida cambia de color y se llena de sentido. Si NOSOTRAS/OS estamos bien, podemos con todo, el AMOR nos ayuda a vivir plenamente.

Lo ideal para realizar la terapia de pareja de forma rápida y eficaz es que acudáis a las sesiones los dos juntos desde el principio. Aunque al comienzo de la terapia os vea en una sesión individual, el resto de sesiones las haremos conjuntas.

Las sesiones tienen una duración de 60 minutos y son semanales. Si no se puede hacer la sesión semanal recomiendo hacerla quincenal o de dos en dos. La duración de la terapia es variable, pero para que sirva de orientación, suelo trabajar con las parejas una media de 10 sesiones.

Desde la TFE también abarcamos problemáticas individuales como trastornos del estado de ánimo, baja autoestima, trastornos de ansiedad, problemas sexuales… tras una correcta evaluación de cada caso delineamos el análisis funcional de las conductas que nos hacen sufrir y nos impiden ser felices. Es fundamental identificar y trabajar los procesos psicológicos que subyacen en cada problema, las circunstancias que los generan, los potencian y los mantienen, sólo así se podrán determinar los pasos que tenemos que seguir para resolverlos.

 

Teresa Vaquero Romero

Psicóloga – Sexóloga – Terapeuta de Pareja

Grupo DICTEA

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