Comportamiento de las niñas y niños superdotados

Julia acude cada mañana al colegio sin alegría. Desde hace tiempo no le motiva asistir a clase, se aburre y no siente curiosidad por las explicaciones de sus profesores. Comienza a tener la sensación de que los demás no la comprenden y le cuesta integrarse en los grupos de juegos durante el recreo. A pesar de ello, sus capacidades intelectuales son muy altas, se muestra creativa y original, y destaca por su facilidad en la resolución de problemas.

 

¿Es Julia un problema para sus profesores, sus compañeros y su familia? Pues no debería serlo. Simplemente es diferente, pertenece a una minoría social. Su inteligencia está muy por encima de la de los demás, pero es una niña muy sensible, receptiva, empática y se siente herida con facilidad.

Adaptación de los niños superdotados

A veces, la falta de comprensión hacia los niños superdotados hace que se aíslen y aumenten la percepción de que son distintos. Tienen una gran memoria, aprenden con facilidad y comprenden problemas complejos, pero no consiguen ajustarse a lo establecido.

 

¿Cómo podemos ayudarla? En primer lugar, enseñándole a reconocerse, a saber quién es, cuáles son sus características y cómo se va a ir desarrollando como persona. Este conocimiento le proporcionará tranquilidad y seguridad.

 

Julia y el resto de niños superdotados tiene derecho a que se le proporcione los recursos que exigen sus necesidades. Sus padres deberán tener paciencia si en algún momento resulta agotadora por su curiosidad y exigencia intelectual. Sus profesores facilitarles programas de enriquecimiento para que no caiga en la apatía y la desmotivación y los demás, simplemente aceptarla como es.

niños superdotados

Niños superdotados: pautas a seguir

El ser un niño superdotado  no tiene porqué ser sinónimo de inadaptación, o de sufrir dificultades emocionales y sociales. Por supuesto, que se puede llegar a ser un adulto con éxito profesional, socialmente adaptado y con las mismas dosis razonables de felicidad que los demás.

 

Como describe Jeanne Siaud-Facchin, en su obra ¿Demasiado inteligente para ser feliz?, el itinerario de las niñas y niiños superdotados para llegar a ser adultos felices debería seguir las siguientes pautas:

 

–      Un entorno favorable que genere una imagen sólida de uno mismo.

 

–      Estabilidad afectiva.

 

–      Ser comprendido/a de verdad.

 

–      No presionar, sino acompañar cogiéndole de la mano.

 

–      Fomentar las relaciones de amistad.

 

–      Pasar la etapa escolar  sin demasiados desgastes, que resulte una experiencia satisfactoria.

 

–      La sensibilidad al servicio de la creatividad, la empatía al servicio de los demás, las emociones al servicio de la sensación de vivir.

 

 

“Toda la especie humana se parece como dos gotas de agua, pero cada ser individual está dotado de múltiples matices que le hace diferente”

 

Rafael Alonso Guerra.

Psicoterapeuta. Grupo DICTEA

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