Qué es el despido interior

“Cuando nuestra infelicidad laboral nos lleva a convertir nuestro trabajo en una prisión”

(Lofti El-Ghandouri)

Hoy he recordado un concepto que escuché en las V Jornadas de Psicología, Coaching  y Organizaciones organizadas por el Grupo de Coaching del Colegio de Psicólogos de Andalucía Occidental, “El despido interior”.

A muchos de los asistentes les llamó la atención el término, e incluso muchos comentaron ser la primera vez que escuchaban hablar de él si bien conforme Belén fue explicando su significado y poniendo ejemplos de “la sintomatología típica de un profesional afectado por dicha dolencia” una mayoría significativa de los allí presentes comenzaron a emitir señales de comunicación no verbal que confirmaban lo inevitable: también estaban afectados por lo que parece haberse convertido en una de las principales epidemias laborales que afecta a buena parte del colectivo de profesionales en activo….

Y ¿cómo saber si un está, o ha estado, ante un despido interior? De acuerdo a las palabras de Lofti El-Ghandouri en su libro “Despido interior” el Despido Interior se define como “la renuncia a poner empeño en el trabajo”.  Evidentemente no es algo que ocurra de la noche a la mañana, sino que es un proceso que poco a poco va acabando con la ilusión y la pasión que nos lleva a disfrutar de nuestro trabajo y que nos impulsa  a dar lo mejor de nosotros mismos, siendo capaces de perder la noción del tiempo y de superar con creces las expectativas y los objetivos que nos marcan…

Si estás en Despido Interior internamente, en lo profundo de tu alma, te has rendido porque no ves soluciones a tu desmotivación, frustración y malestar laboral causados por un conflicto con un compañero, porque te sientes defraudado por tu jefe, porque tus responsabilidades te aburren, porque no disfrutas de tu trabajo. Internamente, en lo más profundo de ti, crees que no puedes seguir adelante, que tienes que aceptar lo que te está pasando. Para no sufrir y castigar a la organización, la única arma que encuentras es huir hacia dentro, rebelarte de forma silenciosa reduciendo tu rendimiento, dando el mínimo exigible para pasar  desapercibido.

Cómo detectar un despido interior

Detectar  que una persona está dicha situación puede ser complicado porque la persona tiende a esforzarse por pasar desapercibida, no hace demasiado ruido y se limita a lo indispensable para evitar problemas. La organización no se da cuenta de que hemos disminuido nuestro nivel de entrega porque seguimos cumpliendo con sus expectativas pero no vamos más allá. La diferencia está en que trabajamos para cumplir con nuestros objetivos pero no arriesgamos, no exploramos nuevos caminos. Si no hacemos nada al respecto, tarde o temprano nuestro desempeño se verá afectado de forma que la organización comenzará a percibirlo y ante dicha situación o bien intenta hacer algo al respecto y prescindir del profesional, o bien el profesional decide abandonar el trabajo o pretende hacer como si no pasara nada intensificando aún más el malestar y los efectos de dicho despido interior.

En esta etapa nos retiramos para rebelarnos contra la organización, intentando provocar el cambio desde nuestro entorno. Nos convertimos en víctimas de la situación. Estamos convencidos de que la culpa de nuestra insatisfacción e infelicidad es de la organización. Nos volvemos rebeldes pasivos. Esperamos que los demás se den cuenta de la situación y esta mejore. Y puede que la situación vaya a aún a peor y pasemos a una fase de resignación. En esta etapa vivimos en la desilusión, pensamos que no podemos hacer nada para cambiar la situación. Justificamos la situación con frases como “mi jefe es así”, “el trabajo es trabajo a nadie le gusta lo que hace”. Nos rendimos y nos enredamos más en el Despido Interior porque los beneficios posibles de las diferentes posibilidades de cambiar no igualan o superan el nivel de ansiedad, angustia y estrés que nos genera el futuro. Aplicamos el más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer y preferimos seguir desaparecidos.

despido interior

Pasar a la acción

Aceptamos ajustarnos a la situación aunque signifique ir en contra de lo que somos. Perdemos confianza en nosotros mismos, tiramos la toalla y pensamos que no vale la pena luchar. El miedo a empezar en un sitio nuevo hace que nuestra capacidad de aguante aumente porque no queremos que nos pase lo mismo en otro sitio.

Los motivos que pueden llevarnos a un despido interior pueden ser tanto de origen interno como externo, si bien siempre van asociados a una ruptura en nuestras expectativas y a la falta de atención de alguna de nuestras necesidades básicas, fundamentalmente relacionadas con la autorrealización, el reconocimiento y contribución.

Como casi siempre, los que tienen un mayor impacto son los internos y casi siempre están vinculados, en mayor o menor medida con un desequilibro en nuestras distintas esferas vitales, con la ruptura de la confianza, con falta de alineación con nuestros valores y con darle la espalda a nuestros sueños.

Salir del despido interior, si bien no es fácil (y de hecho muchos profesionales consideran que sólo puede conseguirse con ayuda) es posible.

El primer paso es, una vez asumida la situación, coger las riendas de nuestra vida y visualizando con claridad qué es lo que deseamos y cuál es la realidad que tenemos ante nosotros, comprometernos con nosotros mismos, con nuestros valores y con nuestros sueños, disfrutar del aquí y del ahora, desarrollar nuestra resiliencia y el coraje de luchar por lo que verdaderamente nos importa.

¡¡No te resignes y busca opciones siempre y PONTE EN ACCIÓN!!

 

Grupo DICTEA

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