Semanas anteriores hemos estado hablando sobre las diversas triadas del eneagrama y sus eneatipos correspondientes.

La clasificación a la que atiende cada triada (instinto, sentimiento o pensamiento) responde a la función que con más fuerza han formado los diferentes tipos su yo interior y es por lo tanto el componente de la psique menos capaz de actuar con libertad.

Hoy os traemos la última triada, la del pensamiento.

 

Los tipos Cinco, Seis y Siete experimentan con frecuencia la ansiedad. Se agarran a comportamientos que según ellos les proporcionan seguridad, el miedo se esconde bajo la acérrima defensión que realizan de su yo.

 

Brevemente, vamos a comentar las características de cada uno de estos tipos:

 

TIPO 5: EL PENSADOR

 

Los CINCO  tienen miedo al vacío. Sienten verdadera compulsión por la acumulación intelectual. Desean comprender el mundo que les rodea. La imagen que poseen de sí mismos es la de un gran conocedor. Como tentación tienden a ser analíticos. Su peor defecto es la avaricia en lo que a conocimiento se refiere. Su mayor virtud es la generosidad. Su manera de hablar está llena de explicaciones sistemáticas. Su punto de alarma hacia la desintegración es el aislamiento.

 

Personalidad dominante: Observador.

 

TIPO 6: EL LEAL.

 

Los SEIS  tienen miedo al abandono. Poseen verdadera compulsión hacia la norma. Tienen un fuerte deseo de poder confiar en el otro. Su autoimagen es la de una persona agradable. Como tentación tienden a ser personas dependientes. Su peor defecto es la cobardía y su mayor virtud es la lealtad. La forma de hablar de los SEIS se torna hacia la prevención y la limitación. Su punto de alarma hacia la desintegración es la dependencia.

 

Personalidad dominante: Incondicional.

 

 TIPO 7: EL OPTIMISTA

 

Los SIETE  tienen miedo a sufrir, por ello su mayor compulsión es la de disfrutar y obtener placer. Desean en todo momento estar satisfechos y su autoimagen es la de una persona feliz. Como tentación tienden a la acumulación de ideas que pocas veces llegan a la práctica. Su peor defecto es la gula. Su mayor virtud es la gratitud. Su discurso tiende a ser redundante y anecdótico. Su punto de alarma hacia la desintegración es la dispersión

 

Personalidad dominante: Epicúreo.

 

¿Te reconoces hoy en alguno de estos tipos? La semana que viene explicaremos las características de la última triada, la del instinto.

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