La vida es los que es, la vida es cada día…monótona, rutinaria, bella, injusta, caótica. La vida es eso, la suma de muchos momentos y ninguno igual. Por eso la vida cuesta tanto definirla, es inexplicable, no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla, experimentarla y sentirla.

 

La vida exterior es una sucesión de situaciones, circunstancias y acontecimientos que pasan en su mayoría inadvertidos. No prestamos atención a aquello que (nos) ocurre, o por lo menos no de manera consciente. Y entonces, la vida nos arrastra, nos lleva. Aunque a veces creamos que decidimos, generalmente son nuestros patrones de pensamiento, de comportamiento previamente aprendidos los que eligen por nosotros.

 

Somos expertos en sabotearnos personalmente, nos empeñamos en entorpecernos a nosotros mismos, en ponernos barreras y limitaciones, sintiéndonos insatisfechos y frustrados. Por eso es tan importante que trabajemos nuestra vida interior.

 

Pero, ¿Qué significa el trabajo interior?, ¿Y cómo se hace eso?

 

Yo, en las sesiones psicoterapéuticas, siempre me gusta poner de manifiesto que sin trabajo interior no hay transformación, no se produce el cambio. Si una persona se siente mal, sea por el motivo que sea, la respuesta está en aprender las leyes, las claves, las herramientas que le harán desarrollarse de manera equilibrada y armónica, con el objetivo de encontrar ese bienestar que tanto anhela. Este trabajo requiere de mucha constancia, disciplina y hay que ser muy riguroso. Tener mucha paciencia y reconducir continuamente hasta nuestro objetivo.

 

Este trabajo interior que se aplica sobre uno mismo tiene como meta desaprender para volver a aprender, es decir, tenemos que deshacernos de ideas y creencias preestablecidas, reacciones emocionales repetitivas y hábitos de comportamientos insanos, para APRENDER nuevas maneras de PENSAR, SENTIR y ACTUAR.

 

Esta labor es un viaje hacia uno mismo que conlleva un estudio y análisis pormenorizado minucioso y detallado. Algunas acciones que te pueden ayudar a conseguirlo son:

 

  •       Búsqueda interior y autoconocimiento.

 

  •       Autoaceptación.

 

  •        Actitud positiva.

 

  •        Relación sana contigo y con los demás.

 

  •        Creencias objetivas.

 

  •        Atención consciente (darte cuenta).

 

  •        Soledad necesaria.

 

  •       Amabilidad y compasión.

 

  •       Superación de la frustración.

 

Estas son tan solo algunas de las claves para ir recorriendo ese camino tan satisfactorio del desarrollo y crecimiento personal. Recordad que si la transformación no surge de dentro ningún cambio será sincero, y tarde o temprano se volverá al punto de partida con el consiguiente sufrimiento.

 

Me quedo con una frase de Hermann Hesse, que dice: “La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo”. Una profesión que como cualquier otra requiere de tiempo, esfuerzo y tenacidad para aprenderla.