“90.000 horas de tu vida las vas a pasar trabajando, Que sea en algo que te apasione…”
No recuerdo cuándo exactamente ni en qué contexto llegó a mí por primera vez esta conocida frase de Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida..”, lo que sí recuerdo es como comenzó a resonar dentro de mí alimentando el deseo de cambio que desde hace tiempo me pedía mi voz interior, a la que había intentado mantener en calma asumiendo nuevos retos y proyectos, los cuales durante un tiempo me motivaban pero de forma temporal…
Si llevas tiempo que despertar por la mañana te resulta sencillo, pero que sin embargo te cuesta la vida levantarte de la cama para ir a trabajar, porque a pesar de desear dar lo mejor de ti te falta la motivación y no dejas de escuchar una voz interior que te repite una y otra vez que no estás en el sitio que te corresponde, que no estás dando todo lo mejor de ti, qué no estás realizando algo que para ti tiene sentido y/o aporta valor…. ¿A qué esperas?
La voz de tu SER, de tu NIÑO INTERIOR, ese que de verdad te conoce, te está hablando y basta pararse, salir de la vorágine en la que andamos inmersos para comenzar a escuchar como te pide un CAMBIO a gritos. Tu verdadera vocación innata está deseando ser descubierta y sólo depende de ti que realmente desarrolles todo el potencial que llevas dentro, que descubras lo mejor que hay en ti para ponerlo al servicio de los demás, tanto en tu beneficio como en el de la humanidad.
Son muchos los autores que han hecho referencia a esta “llamada”, de la que habla Anthony Ribbins en el libro “El elemento” (Ken Robinson) en el que dice que “Existe una poderosa fuerza motriz dentro de cada ser humano que, una vez liberada, puede hacer realidad cualquier visión, cualquier sueño”.
De ahí a la importancia de que descubramos cuál es NUESTRA PASIÓN, porque descubrirla lo cambia todo…
Todos y cada uno de nosotros tenemos un “talento especial” que la mayoría de las veces utilizamos poco o ni siquiera sabemos que existe. Para descubrirlo, tenemos que aprender a observar y a tomar consciencia acerca de qué hacemos bien, con qué disfrutamos, o como dice Csikszentmihaldy, qué nos hace fluir y entrar en ese maravilloso estado de Flow en el que nos adentramos en un estado especial y maravilloso en el que perdemos la noción del tiempo, disfrutamos de lo que hacemos y sentimos. Ese estado en el que cada pensamiento, cada acción fluye sin pausa y de forma natural, permitiéndonos poner en juego todo nuestro potencial y todo nuestro talento.
En ese estado de “Flow” nuestra pasión se une a nuestro talento natural, permitiéndonos dar lo mejor de nosotros mismos y trabajar sin cansancio y gran creatividad, ya que estamos en “nuestro elemento” y todo fluye de forma natural….
Cuando conseguimos entrar en ese estado, nos sentimos “como pez en el agua”, teniendo la sensación y la convicción de que hemos nacido para eso, y que estamos justo en el sitio donde tenemos que estar y donde queremos: ESTAMOS ALINEADOS CON NUESTRO PROPÓSITO Y CON NUESTRA MISIÓN EN LA VIDA, ESTAMOS EN NUESTRO ELEMENTO.
Por eso es tan importante descubrir qué nos apasiona, qué nos hace vibrar, con qué perdemos la noción del tiempo… ya que las personas somos realmente buenas y conseguimos la excelencia cuando hacemos aquello que realmente nos apasiona.
Como dice Mario Alonso Puig, “El triunfo en la vida depende un 20 por cierto del talento y un 80 por cierto del corazón que se pone en lo que se hace”, así que a qué esperas para lanzarte a la piscina y buscar el cambio que ansías, a qué esperas para conectar con tu pasión y liberar tu todo tu potencial:
¿Qué te apasiona?
¿Qué te hace disfrutar?
¿Con qué pierdes la noción del tiempo?
¿Qué cualidades destacan de ti los demás?
¿Qué se te da especialmente bien?
Todos tenemos una misión en la vida. Encontrarla es poner en claro cuál es nuestra pasión, y el propósito que da sentido a todos los objetivos que queramos alcanzar.