Entendiendo los trastornos del lenguaje: Dislalia
Muchos niños tienen dificultades para pronunciar algunas palabras o sonidos. Aunque la causa que lo origina puede variar, es posible que el niño sufra dislalia.
¿Qué es la dislalia?
La dislalia es uno de los trastornos del lenguaje más común en niños, entre un 5 y un 10 % de la población infantil la padece. Se trata de la dificultad en la pronunciación de ciertos fonemas o grupos de fonemas. Detrás de las dificultades en la articulación de fonemas puede estar un uso incorrecto de los órganos fonadores, una discapacidad auditiva o una anomalía orgánica en el cerebro o los órganos fonadores.
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Una articulación inadecuada de fonemas o palabras es normal hasta los 4 años. De hecho, forma parte del proceso natural de aprendizaje del lenguaje en el que el niño se encuentra inmerso en sus primeros años de vida. Tras cumplir 4 años, sí se considera que el niño presenta una dislalia al no pronunciar adecuadamente algunos fonemas. En español los fonemas que más dificultades plantean a la hora de pronunciarse están relacionados con las letras r, s, z, l, k y ch.
Dentro de la dislalia, lo más común es que la causa sea funcional, que puede solucionarse con éxito mediante un entrenamiento específico para que el niño aprenda a utilizar los órganos fonadores de forma correcta. Más complejos son los casos en los que existe una discapacidad auditiva (dislalia audiógena) o aparece una anomalía en lengua, paladar o labios, entre otros, o alteraciones en el cerebro que producen trastornos del habla.
En cualquiera de estos casos, la ayuda de un especialista en logopedia resultará de gran ayuda para trabajar una mejor articulación del lenguaje. Las dislalias no tratadas pueden afectar al niño de forma psicológica y en su rendimiento académico.
