Una gran cantidad de los problemas psicológicos que afectan a la edad adulta comparten la presencia de síntomas ansiosos (estrés, angustia, miedo, preocupación), depresivos (tristeza, pérdida de interés, desesperanza) o somáticos (dolor, cansancio, molestias físicas, no debidos a enfermedad médica). En la medida en que produzcan en la persona un malestar psíquico significativo y/o limiten su funcionamiento cotidiano (social, familiar, laboral, académico), podrán considerarse objeto de atención terapéutica.
Entre las demandas más frecuentes que recibimos en nuestra consulta encontramos problemas relacionados con:
- Estado de ánimo: depresión, manía, bipolar.
- Ansiedad: fobias, ansiedad social, obsesiones/compulsiones, crisis de pánico, agorafobia, estrés postraumático, preocupaciones generalizadas, hipocondría.
- Esquizofrenia y otras psicosis: paranoia, alucinaciones.
- Personalidad: límite, dependiente, evitativa, perfeccionista, narcisista.
- Psicosomáticos: insomnio, dolor crónico, fibromialgia, fatiga crónica.
- Alimentación e imagen corporal: anorexia, bulimia, atracones, complejos con el aspecto físico.
- Relaciones sociales: pasividad, agresividad, aislamiento, dificultades en la comunicación y en las habilidades sociales.
- Adicciones: sociales (juego patológico, compras compulsivas, nuevas tecnologías de la comunicación) y químicas (tabaco, alcohol y otrassustancias)
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