Cuando sufrimos una pérdida significativa vivimos un proceso de adaptación emocional que nos ayuda a elaborar lo sucedido y nos prepara para una nueva realidad sin esa persona. A dicho proceso lo llamamos duelo.
El duelo perinatal es algo distinto ya que tiene unas características únicas, los lazos afectivos están basados en los deseos y fantasías de los padres / las madres y no en experiencias o recuerdos con la persona fallecida.

Las fases que se pueden dar en este tipo de duelo son:
1. Fase de shock o aturdimiento. En un primer momento, los progenitores
pueden sentirse confusos y tener una sensación de incredulidad. Esta negación de la pérdida sirve a los padres y las madres para amortiguar el duro golpe. Este primer periodo puede durar desde unas horas hasta dos semanas.
2. Fase de búsqueda. Después del shock inicial, aparecen sentimientos de rabia como respuesta a la deprivación de alguien deseado, irritabilidad, ansiedad y culpa. Asimismo, los padres y las madres en un intento por entender lo ocurrido repasan lo sucedido una y otra vez. Por otro lado, también es característico de esta fase las sensaciones de tipo ilusorio como oír el llanto del bebé o sentir los movimientos fetales.
3. Fase de desorganización. Se comienza a reanudar las actividades normales
de los padres y las madres , pero se puede apreciar una alteración del
comportamiento. Esta fase está marcada por síntomas depresivos como
tristeza, indiferencia o retracción.
4. Fase de reorganización. En esta fase hay una aceptación de la perdida. Los padres y las madres comienzan a evaluar su nueva situación y a considerar cómo afrontarla.
Algo a tener en cuenta durante el proceso es que las personas que rodean a las personas dolientes no suelen proporcionar el apoyo emocional necesario para que estos puedan transitar su duelo. De hecho, este tipo de pérdida se encuentra invisibilizada debido a que la sociedad le suele restar importancia.

duelo perinatal

Siguiendo a la psicoterapeuta Alba Payás, “la muerte de un recién nacido es una situación que se ha afrontado hasta ahora negándole importancia, con bastante indiferencia. Los hospitales han tendido a minimizar el impacto que estas muertes tienen sobre los padres porque piensan que al no haber conocido al hijo, es como si no tuvieran derecho a realizar un duelo por el bebé muerto”. Sin embargo, estudios recientes demuestran que el apego entre la madre y su bebé comienza a desarrollarse cuando todavía está en su vientre.
Cada persona vive el duelo de una manera distinta e incluso será diferente en función del género. Con esto nos referimos a que la vivencia del duelo está muy influenciada por la cultura y culturalmente no se educa por igual al hombre y a la mujer en la expresión de emociones. Es por ello, que al hombre ante la pérdida le cuesta más mostrar lo que siente e incluso pueden centrarse más en realizar actividades para estar ocupados.
En cambio, la mujer suele necesitar hablar una y otra vez sobre su
pérdida y manifestar más su tristeza. Este hecho, suele dar lugar a discrepancias dentro de las parejas, por eso es importante hablar sobre cómo se siente cada uno para poder entender y aceptar la forma de afrontar el duelo del otro.

Para concluir, hemos comentado que este tipo de duelo muchas veces no es apoyado por el entorno social o que incluso no es públicamente reconocido. Por ello, es sumamente importante que los padres y las madres conozcan los recursos de apoyo de los que disponen:

  • Protocolos de actuación en los hospitales. Cada vez existen más hospitales que han elaborado un protocolo específico de duelo perinatal para disminuir la variabilidad de actuación entre los/as profesionales, humanizar la asistencia a  los dolientes y conseguir una continuidad asistencial entre la Atención Hospitalaria y la Primaria. En muchos de estos protocolos, se contempla la opción de que la familia pueda estar con el bebé para poder despedirse y además, se les da una caja de recuerdos con información sobre el duelo, recursos de apoyo y objetos que hayan estado en contacto con el bebé a modo de recuerdo.
  • Grupos de acompañamiento al duelo. Estos grupos facilitan el encuentro entre personas que están pasando por situaciones similares, con lo cual proporciona una sensación de comunidad y apoyo mutuo. A continuación, vamos a nombrar algunas asociaciones y proyectos donde poder encontrar grupos de apoyo, información, recursos, talleres y asesoramiento, entre otras muchas actividades: Umamanita, Matrioskas, Compartim, El hueco de mi vientre y Asociación ‘Ania’.
  • Libros. En cuanto a los libros, vamos a recomendar tres de los más conocidos. “Abrazar la muerte cuando se espera la vida” de María Jesús Blázquez, “La huella de Mikel: Historia de un duelo perinatal” de Leire Ordax García y “La cuna vacía: el doloroso proceso de perder un embarazo” de Mª. Àngels Claramunt, Mónica Álvarez, Rosa Jové y Emilio Santos.
  • Lugares simbólicos para el duelo. Cada vez hay más cementerios con espacios reservados para que los padres y las madres puedan recordar a sus hijos e hijas perdidos/as durante el embarazo, el parto o pocos días después de nacer.
  • Ayuda profesional. Existen psicólogos/as especializados/as en este tipo de duelo. La psicología perinatal es una rama de la psicología que se ocupa de los procesos de concepción, embarazo, parto, posparto y crianza.

Ángeles Benítez Rey y Azucena Rodríguez Gómez
Grupo Dictea

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