La situación de crisis económica que comenzó hace ya más de una década continúa dejando huella a día de hoy. Muchas fueron las personas que vieron perder su empleo, empresas que se vieron avocadas al cierre, familias en situaciones extremas…
A pesar de que parte de esta situación de crisis se ha ido estabilizando paulatinamente, son muchas las personas que no han podido volver a disfrutar de una nueva oportunidad laboral en todo este tiempo. A esto debemos sumar la situación que vivimos actualmente y la incertidumbre que a día de hoy existe a nivel global.
La pérdida de empleo siempre suele ir acompañada de un impacto psicológico que, si no se gestiona de manera adecuada, puede generar sentimientos de ira, angustia, ansiedad, baja autoestima, indefensión, depresión…
Desde mi posición, como Consultor Junior de RRHH, me gustaría dejarte algunos tips para aumentar las posibilidades de encontrar empleo. Aunque no existe una fórmula o receta ideal para mejorar nuestra empleabilidad, hay aspectos que deben cuidarse para acercarnos a nuestro objetivo:
- Currículum vitae
Lejos quedan los tiempos en los que, engrosar nuestro CV era sinónimo de una candidatura más atractiva.
Intenta comprimir e ir al grano. Da peso a aquellas experiencias, tareas y funciones que guarden relación con el puesto de trabajo al que estás postulándote. Puede ser útil disponer de varias plantillas de currículum si te interesa trabajar en sectores y puestos de trabajo diferentes.
- Las soft skills
Ante dos candidaturas similares a nivel de experiencia y conocimientos técnicos, ¿qué hace decantarse por una u otra a los técnicos de selección?
Es aquí donde entran en juego nuestras soft skills o habilidades “blandas”. Este término anglosajón hace referencia a nuestras competencias personales. Cada vez son más las empresas que ponen el foco en encontrar talento basado en competencias. No importa tanto el nivel técnico (el cual puede adquirirse con la práctica) como el personal, es decir, el modo en el que una persona va a encajar en un equipo y comportarse ante una determinada forma de trabajar. Por lo tanto, debemos reflexionar sobre qué competencias personales son las que aportan un valor añadido a una organización, de manera que esto pueda hacer inclinar la balanza hacia nuestro favor en un proceso de selección.
- La dinámica o entrevista de selección
¿Cómo debo comportarme en una entrevista?, ¿qué debo decir?, ¿intento ocultar ese aspecto que tan poco me gusta de mí?…
Este tipo de preguntas siempre nos asaltan cuando vamos a enfrentarnos a una dinámica o a una entrevista de trabajo.
Al igual que antes, no existe una receta única para responder a este tipo de cuestiones. La razón es sencilla: no sabemos qué tipo de perfil está buscando la empresa. Puede que nuestra candidatura encaje por experiencia o conocimientos, pero si nos centramos en las soft skills, desconocemos si el momento actual y el equipo de trabajo existente requiere de una persona más o menos planificada, con mayor o menores dotes de liderazgo, con mayor o menor capacidad de trabajo en equipo, etc.
Por ello, es fundamental que nos mostremos tal y como somos, con nuestras fortalezas y con nuestras áreas de mejora. Evidentemente, no consiste en echar piedras sobre nuestro propio tejado, simplemente reconocer este tipo de aspectos dándole importancia a aquello diferencial que podemos aportar. Esto requiere un trabajo previo de autoconocimiento y reflexión, fundamentales si no queremos quedarnos en blanco o dar una imagen pobre en cuanto al nivel de conocimiento personal.
Siempre que se habla de mejora de la empleabilidad da la sensación de que ésta va dirigida a aquellas personas que se encuentran en búsqueda activa de empleo.
Sin embargo, las personas que actualmente están trabajando también pueden continuar mejorando su empleabilidad. Esto les ayudará a desarrollarse, actualizarse y estar más preparados para este entorno cambiante e incierto en el que todos nos movemos.
Antonio Jesús Carretero Díaz
Consultor RRHH – DICTEA